La rinoplastia es la quinta operación de cirugía estética más solicitada por mujeres, después de la cirugía del pecho, la liposucción, la abdominoplastia y la blefaroplastia.
En los hombres, ocupa el cuarto puesto tras la liposucción, la reducción del pecho y la blefaroplastia. Entre los jóvenes, su frecuencia relativa es aún mayor, hasta llegar a ser la segunda cirugía más demandada después de la cirugía de pecho y la liposucción en mujeres y hombres respectivamente.
La rinoplastia más demandada es la reducción del dorso de la nariz o giba dorsal, seguida de la elevación de la punta, el estrechamiento del dorso de la nariz y el afinamiento de la punta nasal, intentando siempre obtener los resultados más naturales posible.
Desde 1988, ha ido creciendo entre los cirujanos el uso de la rinoplastia de preservación o conservadora. Una técnica quirúrgica avanzada cuyo objetivo es conservar la mayoría de estructuras originales que dan soporte a la nariz, evitando lesionar los ligamentos y válvulas internas de la nariz.
Mantiene intacto el dorso preexistentes por lo que preserva una apariencia natural, así como su función nasal, evitando postoperatorios complicados y deformidades secundarias que la técnica convencional produce.
Evitamos usar injertos para solucionar el daño generado en la nariz durante el proceso de modelaje de la nariz.
Preservando los ligamentos nasales evitamos el supratipdeformity que es una complicación importante causada por la cirugía.
Y todo ello consiguiendo a la vez un resultado más natural, con una definición superior de la punta, en comparación de los resultados conseguidos con la rinoplastia tradicional.
En este enlace encontrará un completo estudio sobre la rinoplastia de preservación.
No todos los pacientes son candidatos para una rinoplastia de preservación, dependerá de la configuración anatómica de su dorso nasal. Los pacientes idóneos para someterse a esta técnica de rinoplastia son aquellos que no tienen una anchura excesiva del dorso, ni una giba dorsal muy marcada. Además, conviene que no se hayan sometido a una rinoplastia previa, si bien en casos indicados, también es posible emplear técnicas de rinoplastia de preservación en estos casos.
La rinoplastia de preservación está en auge en la actualidad básicamente por dos motivos: en primer lugar, por la capacidad que tiene de obtener resultados sorprendentemente naturales y, en segundo lugar, la rápida recuperación, escasa inflamación y estabilidad del resultado a largo plazo que produce.
La rinoplastia de preservación o conservadora se diferencia de la técnica de rinoplastia estructural en que preservamos toda la estructura interna de la nariz, lo que se traduce en líneas de dorso postoperatorias más naturales y un aspecto natural, una apariencia de nariz “no operada”. Y esto es un cambio fundamental en los resultados de la rinoplastia.
Es una rinoplastia cerrada donde se realizan distintas osteotomías laterales y transversales para colocar la nariz a la posición óptima empujando hacia abajo la pirámide nasal lo necesario para que el nivel de la giba o caballete queda a la altura deseada ( a esta técnica quirúrgica se la ha denominado Push Down), pero manteniendo su forma original, sin destruirla, y sin tocar la estructura principal.
La dimensión de este descenso se obtiene extrayendo una tira septal del área subdorsal, consiguiendo unos resultados realmente satisfactorios.
En la rinoplastia de preservación podemos dividir la movilización ósea en 2 tipos:
En ambos los casos, toda la bóveda ósea se moviliza «en bloque» con la separación de la pirámide ósea nasal de los procesos frontales de los huesos maxilares y de la columna nasal del hueso frontal.
El preoperatorio de una rinoplastia conservadora no difiere del preoperatorio de una rinoplastia normal o una rinoplastia ultrasónica a excepción de si deseamos corregir una desviación del tabique nasal. Si es necesario tratar la piramide nasal debemos aportar un TAC tridimensional.
La cirugía se realiza en hipotensión (bajada de la tensión arterial) para evitar el sangrado mediante un enfoque endonasal, por dentro de la nariz.
El postoperatorio es más corto gracias al método de trabajo basado en el plano SubP (Subpericóndrico y subperióstico): la disección se realiza por debajo la membrana que envuelve cartilagos y hueso, en un plano que genera menos inflamación.
Intervención del dorso nasal mediante técnicas de hundimiento (pushdown o letdown)
Al eliminar parte del tabique nasal y cortar los huesos nasales laterales en su base, se puede hundir hacia dentro el dorso nasal para eliminar la giba o el caballete poco estético de la nariz. No destruimos la válvula nasal interna y las técnicas reconstructivas posteriores (spreaders) de la técnica resectiva convencional.
Al hundirse la nariz completa no se elimina ni altera la fusión entre los huesos y los cartílagos nasales en el dorso nasal, así no evitamos el uso de los injertos tipo spreader de la rinoplastia estructural.
El principal beneficio es que evitamos las irregularidades y adelgazamientos excesivos del dorso que pueden aparecer con el paso de los años tras la operación y evitar hundimientos futuros de la nariz y de su válvula nasal interna.
Intervención de la punta de la nariz conservando sus ligamentos y cartílagos.
La nariz dispone de unos ligamentos que dan soporte y definición a la punta por lo que si los conservamos y/o reconstruimos conseguiremos una definición de la punta se la naríz muy superior, mientras mantenemos el movimiento natural de la piel.
El postoperatorio es más corto que en una rinoplastia estructural ya se trabaja en el plano SubP (Subpericóndrico y subperióstico) donde no hay ni vasos sanguíneos, ni nervios, ni vasos linfáticos, ni músculo, … por lo que se genera mucha menos inflamación que en una rinoplastia tradicional.
En un periodo muy corto de tiempo, en torno a la semana de la intervención, muchos pacientes, pueden volver a realizar una vida normal sin que se aprecien signos de haber pasado por quirófano.
Los resultados visibles de una rinoplastia de preservación aparecen que en la rinoplastia estructural.
En 3 meses los resultados ya son definitivos, con una inflamación residual del 5% al 10%.
A los 6 meses el aspecto de la nariz ya es permanente.
En la mayoría de los casos el aspecto ya es muy bueno a los 10 días de la cirugía plástica de nariz.
Dr. Joan San Miguel Moragas
Licenciado en Medicina por la Universidad de Barcelona y en Odontología por la Universidad Europea de Madrid.
El Dr. Joan San Miguel es licenciado en Medicina por la Universidad de Barcelona y en Odontología por la Universidad Europea de Madrid. Cuenta con un Doctorado por la Universidad de Navarra y es Médico especialista en Cirugía Facial y Maxilar, formado en el prestigioso Centro Hospitalario de Navarra (CHN). Colegiado en el Colegio de Médicos de Barcelona (COMB) nº 39345, está también acreditado para el ejercicio profesional en Bélgica, donde completó un Fellowship Europeo en Cirugía Cosmética Facial en el Hospital Universitario de Bruselas (UZ Brussel).
Es miembro de la European Association of Facial Plastic Surgery (EAFPS), de la European Association of Craneo-Maxillofacial Surgery (EACMFS), de la Sociedad Española de Cirugía Oral y Maxilo-Facial (SECOM) y miembro de la junta directiva de la Societat Catalano-Balear de Cirurgia Maxil.lofacial (SCBCMF).
Éxitos probados con rinoplastias de preservación en Barcelona
La rinoplastia de preservación presenta bastantes ventajas respecto a la rinoplastia tradicional, pero es una técnica avanzada mucho más compleja y exigente para el cirujano puesto que para realizar apropiadamente esta cirugía debe realizarse una disección en el plano subP, deben respetarse los ligamentos nasales y el abordaje debe realizarse preferiblemente cerrado.
El Dr. San Miguel también realiza intervenciones de cirugía estética del rostro :
Tanto la intervención como el tratamiento pre y postoperatorio serán realizados en la reconocida clínica Pedralbes Clinic, situada en el Paseo de Manuel Girona, 14, en Barcelona. Descubre una de las clínicas más modernas de Europa, con lo último en equipamiento y el mayor confort.
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